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Eva Saldaña – Una inspiradora en el asombro

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Nuestra inspiradora de hoy es Eva Saldaña, directora ejecutiva de Greenpeace en España. Hablamos con Eva sobre claro Greenpeace, medioambiente y activismo. Pero como habéis oído también sobre la reconexión con la naturaleza, culturas nativas o cómo mantener el contacto con las bases de la organización.

Es una delicia oír hablar a nuestra inspiradora de hoy sobre una realidad distinta a la que muchos vivismos en el día a día pero que está ahí. La realidad de vivir en contacto con la naturaleza, las personas y nosotros mismos.

Por eso, conviene prestar mucha atención a las palabras de nuestra inspiradora de hoy y a sus recomendaciones apasionadas de sus libros favoritos. La mayoría de ellos claro sobre activismo y medioambiente, pero también sobre espiritualidad, esperanza, sabidurías indígenas…

Que el primer libro que nos recomendara, el que consideraba que más huella le había dejado fuera El Sentido del Asombro de Rachel Carson dice mucho sobre la pasión que le pone Eva a su activismo medioambiental:

Rachel Carson fue una bióloga marina y conservacionista americana que, a través de la publicación de Primavera Silenciosa en 1962 y otros escritos, contribuyó a la puesta en marcha de la moderna conciencia ambiental.

En su origen, El sentido del asombro fue un artículo titulado Ayuda a tu hijo a publicado en la revista Woman’s Home Companion en el año 1956. Carson pretendía ampliar y convertir el artículo en un libro pero, desafortunadamente, murió inesperadamente a la temprana edad de 56 años y el libro quedó inacabado, por lo que a día de hoy, sólo disponemos de esta breve versión.

El sentido del asombro es un libro de reflexiones y experiencias a lo largo de su vida cuidando a su sobrino Roger. Rachel, que nunca se casó ni tuvo hijos, partió de lo que ella más amaba y disfrutaba para entretener a su sobrino: pasar horas cerca de los bosques y el mar de Maine. Cuando Roger tenía tan sólo veinte meses empezaron sus aventuras juntos. La acogida sencilla y entusiasta de la naturaleza por parte del niño cautivó a Carson. La fuerza de las olas, el ruido del viento, el olor del mar, la oscuridad de la noche, nada producía temor al niño, más bien todo lo contrario.

La capacidad de asombrarse se tiene desde muy niño. Todos los que hemos estado con algún bebé o niño pequeño vemos el estado natural de este sentido. El asombro provoca lanzarse a descubrir un mundo porque fascina y al tiempo se percibe como algo que no es ajeno. Carson reconoció este preciso estado como el original para acercarse al mundo.

De esta experiencia nació su certeza de que una vez despertado el asombro, éste se convierte en una necesidad para disfrutar la naturaleza y la propia vida.

Al maravillarse, uno se conmueve siempre y surgen naturalmente multitud de preguntas que requieren conocer más, como el niño pequeño reacciona ante la Naturaleza; todo lo quiere tocar, todo lo quiere saber y todo lo pregunta.

Carson intuyó que este sentido natural, que todos poseemos, iba a perderse ante el avance de una tecnología que tendía a separarnos del contacto con la naturaleza. Ella sospechó que aquella época que le tocó vivir, cuando se crecía al aire libre, acabaría. El tiempo en el que la naturaleza era parte del hogar, los niños jugaban a bañarse en el río, construían cabañas en el árbol o se tumbaban en campos de trigo estaba próximo a acabarse. Es por esto que Carson vio imprescindible cultivar el sentido del asombro.

Su método consiste en que un adulto acompañe al niño en la aventura de descubrir las maravillas de la naturaleza. Ella sabía que el entusiasmo ante el ruido del mar o sobre el olor después de una tormenta era la mejor manera para que su sobrino disfrutara. La reacción del niño, como si todo le perteneciera, le hacía más comprensible y a la vez más misterioso ese sentido del asombro a Carson. Para ella, nada le pasaba inadvertido. Todo era fuente de comprensión desde lo más pequeño, desde el sonido de un insecto hasta la respuesta de un bebé.

Carson expone qué es lo esencial: estar atentos, saber ver, dejarse asombrar, preguntarse. Para no anular nuestro propio sentido del asombro y por tanto el de nuestros hijos o nuestros estudiantes. Posicionarnos una y otra vez ante la naturaleza y lo que nos rodea con el sentido del asombro que ya poseemos. Para así volver mañana. Rachel Carson nos asegura que este posicionamiento es fuente segura para disfrutar la vida y darnos fortaleza ante lo que venga inesperadamente.

Yo, el asombro, no lo descubrí en la naturaleza sino por el Universo y mi guía fue Carl Sagan. Sagan es sin duda, la persona que más asombro ha provocado a muchísimas personas de mi generación. De hecho, al hablar en este podcast con varios inspiradores, Daniel Marín, Salvador Macip, Ignacio Cirac o Carlos Briones, nos reconocieron que de niños su vocación y asombro asomaron con Carl Sagan y su serie documental Cosmos.

Nunca olvidaré uno de los momentos más emocionantes de la serie…. En 1977 la NASA lanzó al espacio la sonda Voyager 1 con la misión de localizar y estudiar los límites del sistema solar. 13 años más tarde, en 1990, cuando la nave se encontraba a 6.000 millones de kilómetros de la Tierra, más allá de la órbita de Plutón, Carl Sagan propuso orientar la sonda hacia la Tierra para echar un último vistazo a nuestro planeta para hacer una última foto. De esa última mirada de la Voyager 1 tenemos la imagen más lejana jamás tomada de la Tierra, apenas un pixel, un punto azul pálido, en una grandiosa imagen del sistema solar. Tras ver la imagen de la Tierra en esa impactante fotografía, Carl Sagan dijo:

También a sugerencia de Sagan, en esa nave, viajaba también un disco, un disco como los de vinilo antiguos de música, pero de oro titulado “Sonidos de la Tierra” en el que se incluyeron sonidos e imágenes que retratan la diversidad de la vida y la cultura en la Tierra. Se diseñaron con el objetivo de dar a conocer la existencia de vida en la Tierra a alguna posible forma de vida extraterrestre inteligente que los encontrase, y que además tenga la capacidad de leer, entender y descifrarlos. Sagan dijo “la nave espacial, y la grabación, sólo serán encontradas si existen otras civilizaciones capaces de viajar en el espacio interestelar. Pero el lanzamiento de esta botella dentro del océano cósmico dice algo muy esperanzador sobre la vida en este planeta”.

Se grabaron saludos en 56 idiomas, sonidos de la Tierra como viento, animales, fuego, y canciones de varios países tradicionales, clásicas de Beethoven, Mozart, o por ejemplo este temazo:

La canción de Chuck Berry, inmortalizada para siempre por Michael J. Fox en Regreso al Futuro, viajando por el espacio… Maravilloso.

Gracias Carl.

Temas

  • Trabajar con un sentido.
  • Las tres brechas del hombre-mujer en Occidente.
  • Culturas nativas y tribus.
  • Seguir en contacto con las bases.
  • El gen activista.
  • No hay planeta B.
  • Optimismo por el futuro climático.

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